Últimamente gran parte de nuestra atención está enfocada en el COVID 19, es normal que en medio de esta avalancha de información y las medidas preventivas tengamos sensaciones de ansiedad y agobio. Sin embargo, existe una verdad incuestionable: todo pasa. El coronavirus también. Está en nuestras manos reconocer las etapas y emociones que toda esta situación nos puede generar. Debemos afrontar el problema con una mentalidad positiva.

LA LLAMADA : “Hay un virus en China”. Aquí inició todo. Existen dos tipos de llamadas: Las deseadas y las que  no buscamos. Nadie esperaba que esto pasara.

LA NEGACIÓN: “Eso no llega hasta acá”. La negación es algo normal en casi todos los llamados no buscados. Nos llenamos de pretextos. No podemos desaprovechar la oportunidad de aprendizaje que existe ante cualquier crisis.

EL MIEDO: “¿Qué irá a pasar?” El miedo es tremendo. Existen dos tipos de miedo: El que promueve el autocuidado y el otro que nos lleva a la histeria colectiva. El miedo es más contagioso que la misma enfermedad.

LA TRAVESIA: “Me puede pasar a mí”. Es normal sentir ansiedad. Este un momento de aceptación pura de la realidad. La buena noticia es que tarde o temprano, conseguimos remontar la tristeza.

NUEVOS HÁBITOS: “Puedo mejorar mi vida» Cuando aceptas la realidad, puedes iniciar nuevos hábitos que retoman la confianza, es el momento de ayudar a otros desde la calma y abrirnos al aprendizaje.

LA CALMA. “Ya todo acabó” El virus acabará y estaremos bien. Los problemas también hacen parte de la vida. Lo más valioso es que aprendamos a ser mejores como individuos y como sociedad.

Fragmentos tomados de la columna de Pilar Jericó del Diario El País y del libro “Héroes cotidianos”.